lunes, 3 de octubre de 2011

Primera reflexion: El maltrato a la mujer

Lo que me impulso a ampliar mi entendimiento sobre los servicios sociales que generan ayuda a las mujeres, especialmente las maltratadas, en mi ciudad, ha sido ver cómo los medios de comunicación se hacían eco del problema de los malos tratos, dándole la importancia que se merece, casi a diario; y esto me hizo preguntarme en reiteradas ocasiones por qué sucedían esas cosas y qué medios se ponían para evitarlas.

Muchas veces en Montería es el hombre el que domina la relación y que como el también es el que domina los recursos económicos dentro del hogar la mujer se ve relegada a trabajos del estilo de servidumbre, muchas veces por gusto y otras por que no pueden hacer mas.

Si esta lectura se hace entorno a las políticas públicas para mujeres, tendría que preguntarse entonces, por la voluntad política de los dirigentes y por el contexto de ese gobierno; por su capacidad para alcanzarlas y el movimiento social que tiene esas demandas además de el fin de esa política para las mujeres.

Con estas respuestas pasaríamos a cuestionarnos sobre que tipo de redistribución y a qué tipo de reconocimiento le apuesta la política y cuanto o no esta fundamentada en un pacto social democrático y reconocedor de la diversidad dentro del mismo contexto.

En este momento las políticas públicas sociales para las mujeres, son llamadas indistintamente para mujeres, con enfoque de género o de igualdad de oportunidades, mas sin embargo a pesar de las diferencias técnicas que se puedan realizar, por lo general son entendidas como las apuestas sociales para garantizar el ejercicio de los derechos de las mujeres en igualdad con los hombres, por lo tanto parten de la aceptación que hay una realidad social que es necesario transformar, en este caso las condiciones y situaciones de discriminación que afectan a las mujeres, reconociendo la intersección de múltiples discriminaciones como puede ser la edad, la etnia, el origen, la opción sexual o situaciones de especial vulnerabilidad como puede ser la situación de las mujeres desplazadas.

No se puede ignorar el hecho de que es esa idea machista de que la mujer es pa´esta en la cocina es una de las causas para que la visión a futuro muchas veces de las mujeres es buscar a un hombre que la mantenga y por tanto no esforzarse para crear su propio futuro a fin de complacer al hombre que la va a mantener, por tanto ellas mismas se someten a esa idea de servidumbre con tal de vivir bien.

Cuando empecé a escribir este articulo me enfoque en la parte en como las políticas eran muchas veces las que intentaban cerrar esta brecha no siendo mas que una ilusión hasta el punto en que muchos estudios afirman que la mayoría de las mujeres amas de casa son maltratadas tanto como puede ser verbal, física o psicológicamente, incluso todas estas.

Pero para entender este vinculo por ejemplo en un caso de violencia sexual ocurra este o no en el marco del conflicto se presenta la existencia de patrones socioculturales discriminatorios a través de por lo menos tres manifestaciones que dificultan enfrentar los casos de violencia sexual. En primer lugar, dichos patrones hacen que los hechos que constituyen violencia contra la mujer sean aceptados por la sociedad y se naturalicen como hechos que no merecen denuncia, sanción ni reparación, razón por la cual las víctimas no se reconocen a sí mismas como víctimas. En segundo lugar, aún cuando las mujeres se reconozcan como víctimas de violencia, sienten temor al estigma social que pueden sufrir por contar y denunciar los hechos de los cuales han sido víctimas, particularmente si se trata de violencia sexual. En tercer lugar, las mujeres sienten miedo a ser revictimizadas por el sistema de justicia debido a que los procedimientos judiciales y los operadores de justicia funcionan de acuerdo con códigos patriarcales que generan discriminación. Proceso de reparación para las mujeres víctimas de violencia en el marco del conflicto armado colombiano, Por ello, es trascendental un abordaje integral de la problemática desde políticas públicas que busquen transformar las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres y vincular de manera más eficaz el ámbito del derecho a la reparación, y el ámbito de la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres.

Desde esa lógica, este país, este departamento esta ciudad requiere ampliar la mirada para ver las violencias contra las mujeres como un asunto prioritario de erradicar si la paz se quiere construir y si la democracia será la piesa fundamental, Para ello, se requiere una perspectiva integral de derechos humanos activos que sustente la convivencia política y social en la sociedad, sino se seguirá reproduciendo el “continuum” de la violencia y su rol disciplinador y de control sobre los cuerpos de las mujeres.

Pedro Juan Barguil Navarro
c.c:1067919502
estudiante de 2 semestre de derecho
Universidad del sinu, Montería

No hay comentarios:

Publicar un comentario